De Última

borarte de magia

jueves, noviembre 10, 2005

Es obvio que no me voy a poder concentrar en la canción que mi amigo quiere que escuche si cada 10 segundos interrumpe para decirme que ¨ahora viene la mejor parte¨, que el guitarrista esto, que el batero lo otro, que la letra la escribió un día que blablabla, y menos que menos si constantemente me mira para chequear si me está gustando el tema que él me obligó a escuchar.

Igualmente lo positivo de esto es que entendí porqué a mi viejo nunca le termina de gustar Seinfeld.