Mito urbano
Un amigo del primo del hijo de mi tío trabaja en un empresa que vende y recicla cartuchos para impresoras. A través de él me llegó una historia que, a pesar de todas las variaciones que seguramente sufrió antes de llegar a mi, creo firmemente que realmente sucedió.
Cuenta la historia que hace unos años, dicha empresa de cartuchos decidió lanzar una campaña publicitaria que consistía en poner a una persona dentro de un disfraz de cartucho (si) y que ésta se paseara por las calles de Buenos Aires informando acerca de las promociones del lugar.
Saludaba a la gente, bailoteaba, llevaba carteles y repartía volantes (un recurso de dudosa efectividad comercial que utilizaba para llamar aún mas la atención consistía en meter los brazos y las piernas dentro del traje de cartucho y quedar inmovil en medio de la vereda, y cuando una persona se acercaba, el hombre-cartucho se paraba de repente y la asustaba).
A los pocos dias de haber comenzado con esta publicidad, el hombre-cartucho salió a recorrer las calles acompañado de otro empleado que le iba a sacar fotos a la nueva joyita de la empresa.
Foto en la puerta del local, foto con el dueño, foto repartiendo un volante, y asi...
...hasta que llegaron a la Avenida 9 de Julio y Corrientes, lugar donde coincidieron dos de los referentes mas importantes de la ciudad: el obelisco y las empanadas bailarinas de "Solo Empanadas".
Al hombre-cartucho y a su fotografo personal les pareció que sacarse una foto con las empanadas (pioneras en el arte de la publicidad con disfraces) sería una excelente idea.
Pero no pidieron permiso.
Mientras las simpaticas empanadas aprovechaban el rojo del semaforo para hacer su acto, el intrepido cartucho se escabulló por atras y se colgó de una de ellas para la foto.
Pero "ella" resulto ser "el". Y el hombre-empanada en cuestión, no se tomó muy bien la ocurrencia...de un empujón se lo sacó de encima...y ahí empezó todo.
Insulto va, insulto viene, Cartucho y Empanada se trenzaron a golpes de puño en pleno centro de la ciudad ante la mirada atónita de unos privilegiados que no daban credito a sus ojos. La pelea duró unos cuantos segundos hasta que fueron separados por el fotografo y las demas empanadas.
Bizarrisimo. Un regalo del cielo para los testigos que presenciaron tal acontecimiento en medio de esa rutina donde uno piensa que nunca va a pasar nada. Y casi nunca pasa.
Pero a veces si. Y hay gente en esta ciudad que puede contar que vio a un Cartucho pelearse con una Empanada en medio de la Avenida 9 de Julio y Corrientes, a escasos metros del obelisco, pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires.
Se dice que están circulando las fotos de la pelea, pero eso ya no me lo creo, que se yo. Voy a averiguar igual, en una de esas...quizás...