De Última

borarte de magia

sábado, noviembre 13, 2004

Herejia futbolistica

Yo soy de River...bah, si me preguntan digo que soy de River, pero la verdad es que en este momento de mi vida me importa demasiado poco si gana, pierde o empata.
Distinto era en otros tiempos: iba seguido a la cancha, compraba el Olé para estar al tanto de todo, iba por la calle cantando los cantitos de la hinchada, Futbol de Primera era una cita obligada los domingos a la noche, hablaba de futbol, discutia de futbol. Muy argentino todo.
Pero hace cuestion de tres años, y de manera gradual, dejé de prestarle atencion. Si se algo es porque lo vi en el noticiero, en la tapa del diario o lo escuche en la calle.
Todavia no tengo en claro los motivos de ese desinteres, pero inevitablemente eso fue lo que ocurrió.

Daniel, el hombre que atiende la libreria de la otra cuadra de mi casa, me conocio en esa primera etapa, la futbolera. El es un tipo muy simpatico, bien de barrio, fanatico de River, de esos que decoran todo su local con banderines y afiches. Siempre hablabamos, discutiamos tacticas (?), puteabamos juntos, etc.
El problema es que el nunca se enteró que a mi me dejó de importar, y cada vez que voy a comprar algo, me dice algo referido al futbol. Ejemplo:

- Como te va ¨Campeon del Siglo¨!
- Ja, bien Dani, vos?
- Ahi ando...tienen un culo estos bosteros...
- (¿?) Si, no se puede creer...
- Esta noche cueste lo que cueste, eh! no podemos perder contra estos muertos...
- (¿¿¿???) No, la verdad que no, son unos muertos

Y es siempre asi. No se que hacer, la situacion ya se esta haciendo impiloteable. Por ahora le sigo la charla como puedo, pero creo que ya esta empezando a sospechar. Se que dejaria de respetarme si algun dia le digo algo asi como "Daniel, la verdad es que no me gusta mas el futbol". ¡¿Que clase de persona seria?! ¿¿¿Que pensaria de mi alguien como el??? ¡Seria el hazmereir del barrio!

No tengo opcion, voy a tener que ir a la libreria de la otra cuadra, donde sale todo el doble, la mina que atiende es daltonica, saca las fotocopias torcidas y no se sabe los colores.

Es el precio de la herejia. Supongo.