De Última

borarte de magia

miércoles, septiembre 28, 2005

Las pocas chances que me quedaban con mi vecina 9 puntos del séptimo murieron en el preciso instante en que se me ocurrió que no había ni una razón aparente para peinarme, ni sacarme la lagaña de los ojos, ni lavarme los dientes, ni cambiarme la remera agujereada de los redondos de cuando tenía 16 años un domingo resacoso a las cinco de la tarde para caminar las tres cuadras que me separaban del videoclub. Y no la había, bajo ningún concepto, en un radio de tres cuadras a la redonda de tu casa está permitido andar vestido como si fuera tal, pero bueh, andá a explicárselo a ella en ese estado.